Del deporte estudiantil y la indolencia | Por Reinaldo Romero

Del deporte estudiantil y la indolencia | Por Reinaldo Romero

Debe ser el eslabón perfecto para potenciar el desarrollo de los pueblos, por tanto debería ser política de estado su fomento desde edad temprana. Pero eso no ocurre en nuestro país, les vale un verdadero cacahuate a las autoridades de turno establecer una polí­tica clara y definitiva sobre el deporte en escuelas, colegios y universidades.

Se hace al revés, si hay un prospecto lo quieren construir desde la edad colegial o de más años, cuando lo recomendado es que, antes de la pubertad, se  planifique el trabajo para encontrar y desarrollar los talentos en cualquier disciplina deportiva, a la par del desarrollo intelectual.

Se tiene una organización caduca con respecto al deporte estudiantil, casi se ha convertido en tierra de nadie y/o de la buena voluntad de algunos dirigentes. Pero, no alcanza; se tiene que decidir por una clara voluntad para que el estado de cosas cambie en nuestro país. Da la impresión que el desarrollo de destrezas físicas o la aprehensión de disciplinas deportivas es lo que menos importa como país.

No pueden existir establecimientos escolares, colegiales y universitarios inclusive, que carezcan de infraestructura para el fomento de la actividad física y cualquiera de sus disciplinas. Dentro del cuaderno de cargos que presenten las autoridades DEBEN EXIGIR mínimos en cuanto a instalaciones deportivas.

Eso no ocurre, desgraciadamente la actividad deportiva en una gran caridad de centros educativos centros educativos se desarrolla en el patio de formación y en el clásico “vuelta a la manzana”. Así no se llega a ninguna parte.

En el Ecuador y en la mayoría de los casos  los deportistas que llegan a cierto nivel de competencia, generalmente, lo han hecho por su cuenta, recién a los dieciséis o dieciocho años algún  entrenador “descubre” un talento y se cree que es el mejor logro para un país.

No sería mejor encontrar a ese talento a los diez o doce años y darle los estudios y que llegue a los dieciocho con una formación completa física y mental?

Si en el camino se queda como deportista (solo un porcentaje mínimo llega a la cima) como persona tendrá mayores posibilidad de defenderse en la vida y podrá ingresar a la Universidad y destacar ahí como estudiante.

Hoy, el deporte estudiantil está en quiebra y a nadie parece importar. En el entretiempo, nos estremece ver a chiquitines de trece a quince años practicando la caída libre al suelo por el consumo de alcohol y de drogas en las cercanías de los establecimientos educativos.

Aún estamos a tiempo. Urge un cambio de mentalidad en las políticas del Estado y dejar de ver al deporte como algo sin importancia o así mismo debe ser?

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