La marchista ecuatoriana Johanna Ordóñez vive un segundo período fructífero en su carrera deportiva. Esto porque se retiró un tiempo de la actividad por la falta de apoyo y migró con su familia a los Estados Unidos.

En esa primera etapa fue campeona sudamericana de marcha en todas las categorías. En 2010, cuenta, nació su primera hija y en 2012 una hija más. Hizo una pausa de tres años y medio pero su pasión pudo más.

En 2008 tuvo su primera experiencia en Juegos Olímpicos en Beijing, donde además señala con orgullo tuvo el privilegio de ver en acción a Jéfferson Pérez con la obtención de la medalla de plata.

Regresar a los entrenamientos no fue nada fácil, “el primer mes me dolía todo el cuerpo. Subí 24 libras por los dos embarazos seguidos”, agrega.

No obstante su enorme dedicación y talento la colocaron rápidamente de nuevo en la palestra. En 2018 se ubicó sexta en el mundial de Taicang en China en la distancia de los 50 kilómetros. “Era fundamental esa competencia, necesitaba ubicarme entre las 10 primeras”.

Johanna recuerda que en el kilómetro final rebasó a una deportista china y que además tras cruzar la meta se desmayó y que luego despertó en una silla de ruedas y con suero. “Quería llegar donde mi hermana (su fisioterapeuta) y abrazarla, lloramos de la alegría” y complementa que ese instante fue la partida para lo que vino después. “A partir de allí tengo el apoyo de la secretaría del Deporte”, al tiempo que sostiene que el evento de 50 km damas es la única rama que no ingresa esta vez en Juegos Olímpicos de Tokio.

La tricolor conquistó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima el año pasado. Asegura que no aparecía entre las favoritas pero que se preparó al 110%. Ese esfuerzo se reflejó pues sacó una gran ventaja a sus adversarias y ganó con comodidad. “Fue un día muy especial para mí y mi familia, escuchar el himno nacional; todo valió la pena”, cuenta Johanna, quien de niña no era elegida en la selección de atletismo de su escuela sino recién desde los 11 años, cuando comenzó a entrenar en su ciudad natal, Cuenca.

Ahora la marchista se prepara en la distancia de 20 km indicando que los entrenamientos son diferentes porque debe ser más rápida con sus tiempos. Busca cupo olímpico en su modalidad, la que cierra clasificación para Tokio en junio de este año.