Kathrine Switzer, la primera mujer en correr la maratón de Boston en 1967 en una época en la que las mujeres no tenían permitido hacerlo volvió a participar en esta competencia a sus 50 años de edad.
En 1967, Kathrine Switzer una estudiante de periodismo de 20 años demostró que las mujeres sí pueden correr 26.2 millas de distancia. Lo hizo pese a que el director de la histórica maratón de Boston intentó sacarla de la pista a empujones.
En esa época era prohibido que las mujeres corran la carrera atlética que era hecha solo para hombres y cuando el director de la carrera en ese entonces, Jock Semple, la descubrió le gritó “Lárgate de mi carrera y devuélveme el dorsal!”, y cuando la agarró del hombro a Kathrine, que había pagado tres dólares por la inscripción, se lo llevó por delante un tren de mercancías llamado Tom Miller, jugador de fútbol americano y pareja de Switzer, al que secundó también su entrenador Arnie Briggs.
Switzer continúo en la competencia y aunque despertó curiosidad en el resto de participantes dando por hecho que una mujer no aguantaría el desgaste del trayecto, ella continúo firme y aunque llegó a la meta con los pies ensangrentados nunca decayó en su objetivo.
“Me siento muy agradecida a ese hombre enfadado porque cambió no solo mi vida, sino la de millones de mujeres. La gente me dice: “Es terrible”. Y siempre contesto: “A su pesar, él hizo más por las mujeres atletas que nadie porque creó una imagen que se ha convertido en un icono de los derechos de las mujeres”. Es fantástico. Al final nos hicimos amigos”, reconoció en una entrevista a El País en el 2013.
Ayer, medio siglo después de su gesta, llamó de nuevo la atención pero porque a los 50 años hay pocos corredores que se atrevan a enfrentarse a una prueba tan exigente como la maratón. Esta vez llegó acompañada a la carrera por más mujeres que forman parte de su movimiento ‘261 Fearless’.
