Muchos jugadores protestan porque la superficie resbala más y el juego se ralentiza demasiado y a su criterio a empeorado con relación a otros años.

Las elevadas temperaturas en Londres a lo largo de la primera semana de competición y la incidencia directa del sol han hecho que la exquisita hierba del club pierda calidad, de modo que la superficie se ha rasurado en exceso y a los jugadores les cuesta conservar el equilibrio.

“Está muy, muy mal, mucho peor que otros años”, manifestó el italiano Fabio Fognini después de caer el viernes contra Andy Murray. Mientras que Novak Djokovic después de sellar su pase a los octavos con un triunfo ante Ernests Gulbis, indicó “Este año parece que la hierba está un poco más delicada. Hay una ligera diferencia de calidad”.

La suiza Timea Bacsisnzky también habló acerca del césped de una de las pistas del torneo “Es decepcionante la calidad de la hierba de este año. Sólo es el segundo día de torneo y ya está destrozada”. El jueves, en la Pista 17, Bethanie Mattek-Sands sufrió una grave lesión de rodilla en una caída.

La organización se defiende

Por su parte la organización de Wimbledon ha rechazado con firmeza las críticas al estado de las pistas de hierba del All England Club. “Han sido preparadas según las mismas normas drásticas de otros años”. “La hierba es una superficie natural, y es normal que comience a ver el desgaste en el fondo de las pistas tras cuatro días de torneo”, ha comentado la dirección del torneo.

Foto: wimbledon.com