Los incidentes del pasado 1 de octubre en Indonesia, al terminar un partido de fútbol, se registran en una lista de grandes tragedias de la historia y dejan un saldo de al menos 174 personas fallecidas y más de 300 heridos.

La policía de Malang afirmó que los fanáticos del Arema Football Club y el Persebaya Surabaya se enfrentaron en las gradas tras la derrota del conjunto local por 2-3. Cabe destacar que ambas escuadras son de las más importantes de Indonesia. Nico Afinta, jefe de policía de Java Oriental, compareció en rueda de prensa posterior a lo sucedido y reconoció que los seguidores del equipo perdedor “invadieron” el terreno de juego y se enfrentaron con los agentes de control, que lanzaron gases lacrimógenos y provocaron una estampida por los casos de asfixia.

Agregando a lo anterior, se informó que el aplastamiento ocurrió cuando los asistentes huían rumbo a una puerta de salida. No obstante, existe temor que la cifra de muertos aumente. En esta línea, el Estadio Kanjuruhan tiene una capacidad total estimada de 38.000 espectadores. Sin embargo, se emitieron 42.000 boletos para el partido del sábado, según funcionarios. El ministro jefe de Seguridad de Indonesia, Mahfud MD, reconoció que anticiparon los “(grandes) números y sugirieron que el juego se llevara a cabo por la tarde, pero continuó por la noche” y manifestó que sus propuestas “no se cumplieron”.

“Le he pedido especialmente al jefe de policía que investigue y llegue al fondo de este caso. La deportividad, la humanidad y la hermandad deben defenderse en Indonesia. Lamento esta tragedia y espero que sea la última que ocurra en el fútbol de Indonesia. No podemos tener más (de esto) en el futuro”, dispuso el Presidente Joko Widodo en un discurso televisado.