Formiga, la futbolista que ha dedicado media vida a la selección de Brasil

Formiga, la futbolista que ha dedicado media vida a la selección de Brasil

El alboroto que siguió al momento en el que la megafonía del Estadio Olímpico de Río de Janeiro anunció la presencia de Formiga en el once de la selección brasileña femenina de fútbol ante el combinado de China resume la relevancia de la centrocampista de Salvador de Bahía.

Infatigable, ha dedicado veinte de sus 38 años de edad a la ilusión de hacer más grande a la Canarinha. En ese tiempo, su figura ha crecido hasta situarse a las puertas de la eternidad.

Eterna será Formiga, sobrenombre con el que es conocida Miraildes Maciel Mota, al término de su participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el torneo que marcará el final de su trayectoria con la camiseta verdeamarelha.

El destino ha querido que sea su país el que abrace su último récord, motivado por su sexta participación en una cita olímpica.

Ninguna otra futbolista presente en los Juegos de Atlanta 1996, en los que el fútbol femenino vivió su primera aparición en el programa olímpico, consiguió alargar su andadura hasta Brasil.

Sólo Formiga, la única capaz de competir estos días en atención mediática con Marta Vieira da Silva, cinco veces ganadora del Balón de Oro. La jugadora del Rosengard sueco lo logró de manera ininterrumpida entre los años 2006 y 2010.

El reclamo de la bahiana no son goles sino una infatigable lucha en el centro del campo, zona que este miércoles dominó ante la selección china en el estreno del cuadro dirigido por Oswaldo Álvarez ‘Vadao’ en el Estadio Olímpico de Río de Janeiro.

Allí volvió a exhibir su oficio y su compromiso, dos cualidades que se perpetúan en una jugadora que articula la vistosa propuesta de la selección brasileña.

“Es considerada defensiva”, analizó el técnico brasileño en rueda de prensa, “pero es la que arma el juego”.

“Además, puede llegar con peligro al área rival, dispara con las dos piernas y tiene la facilidad de anticiparse a las jugadas. Es una futbolista absolutamente completa.Formiga es uno de los grandes símbolos del fútbol femenino de Brasil”, argumentó.

Por eso hoy volvió a entregarle la titularidad.

Y por eso su excompañera Leda María, en el presente comentarista de televisión, se refiere a ella como el “termómetro” del equipo.

“El tiempo se transforma cuando ella está en el campo”, abundó.

El reloj de Formiga se detendrá irremediablemente tras la disputa de los Juegos Olímpicos de Río 2016, aunque su legado permanecerá en el interior del vestuario de la Canarinha. Después, se extenderá a la Confederación Brasileña de Fútbol.

Su deseo, una vez concluya su etapa como internacional, es pasar a formar parte de la comisión técnica y participar con un nuevo rol de la andadura de la selección brasileña en los Juegos de Tokio 2020. “Quiero seguir ayudando al fútbol femenino”, explicó.

Fuente: laopinion.com

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