25 de noviembre: Día Internacional contra la Violencia a la Mujer

25 de noviembre: Día Internacional contra la Violencia a la Mujer

Este viernes 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional contra la Violencia a la Mujer;  una problemática que afecta a muchas mujeres de nuestro entorno, traspasando fronteras y llegando a influir de forma directa en las actividades que puedan realizar como es el deporte. 

Violencia Contra las Mujeres en el Deporte

 

Por: Lourdes Camacho Zambrano

Las desigualdades de género existen en todos los ámbitos de nuestra sociedad; una sociedad androcéntrica, que toma como punto de referencia y de medida al hombre como ser superior, y que trata de mantener las desigualdades entre las mujeres y los hombres con respecto a su potencial, inteligencia, expectativas, sentimientos, comportamientos y logros en gran parte de los campos del saber. “La violencia contra las mujeres, donde quiera que ésta se produzca, constituye la manifestación más devastadora de la discriminación por razón de género a la vez que una violación flagrante de otros derechos fundamentales como la dignidad, la integridad física y moral, y la libertad sexual…”

El deporte es un ámbito tradicionalmente masculino que, además de asumir los estereotipos asignados socialmente a cada sexo, ha justificado y perpetuado la poca presencia de las mujeres en todos los niveles del deporte, basándose en la creencia de que ellas no están capacitadas para hacer deporte, para competir, para hacer esfuerzo físico. Después de más de cien años, ha quedado patente que las teorías que avalaban estas creencias no tienen fundamento científico, que la supuesta superioridad en capacidades y habilidades físicas de los hombres se debe, fundamentalmente, a motivos culturales y educaciones. A pesar de ello, las mujeres siguen discriminadas en todos los niveles del ámbito deportivo, ya que, el mito de la falta de capacidad de las mujeres para desarrollar las cualidades físicas ha legitimado la construcción social de otras nuevas creencias: la falta de interés, de gusto por el riesgo, de eficacia en los diferentes aspectos del deporte (práctica deportiva, competición, gestión, dirección, labores técnicas o arbitrales), etc. En definitiva, desde la infancia se limita el acceso de las mujeres al deporte, lo que las excluye de los efectos saludables y placenteros de la actividad física y cuando consiguen acceder se infravaloran sus actividades y logros, y se las discrimina manifiestamente, por ejemplo, a través de la concesión de menos recursos y de inferior calidad por parte de las entidades deportivas.

El Comité Olímpico Internacional (COI) afirma que para erradicar la violencia contra las mujeres en el deporte es necesario erradicar las actitudes discriminatorias que condonan o promueven la misma, y que la violencia contra las mujeres es perpetrada por extraños, conocidos, figuras de autoridad y familiares, y que ésta tiene lugar en el ámbito doméstico, laboral, educativo y deportivo.

Las investigaciones consultadas coinciden en que no hay diferencias significativas en la existencia y prevalencia del acoso y el abuso sexual entre la práctica deportiva llevada a cabo de forma individual o colectiva. Sin embargo, sí han encontrado un mayor índice de acoso y abuso en los deportes tradicionalmente masculinos, donde la presencia de mujeres es minoritaria y, en muchos casos, deben soportar situaciones de soledad y exclusión.

Investigaciones llevadas a cabo en Canadá, Estados Unidos, Dinamarca, Reino Unido, República Checa, Francia, Grecia y Noruega, han puesto de manifiesto la existencia del acoso y abuso sexual a niñas y a mujeres en el ámbito del deporte: Según datos aportados por Fasting (2012) comparando estudios llevados a cabo entre 1997 y 2012 en Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Holanda, España, Noruega, Turquía y Reino Unido, la prevalencia del acoso sexual a deportistas se sitúa entre un 14% y un 73%, y la prevalencia del abuso sexual entre un 2% y un 22%. ¿Cuál será la de Ecuador?

El acoso y abuso sexual a niñas y mujeres en el deporte es violencia contra las mujeres, quienes lo padecen por el solo hecho de serlo. Forma parte de un problema estructural universal, ya que impregna todo tipo de organización o comportamiento social y radica en la consideración de las mujeres como seres inferiores sobre quienes los hombres tienen todo tipo de derechos.

Las mujeres perciben acoso sexual por parte de los entrenadores a través de los siguientes comportamientos: contacto  físico, comentarios despectivos sobre las mujeres, comentarios acerca de la apariencia física, propuestas de relaciones sexuales, miradas inaceptables, inmiscuirse en su vida sexual, control, etc.

Según el COI, aunque los datos indican que no quedan descartados compañeros de equipo, directivos, personal médico-científico, etc., el entrenador es el principal perpetrador de estos actos, ya que es la figura referente de las deportistas, con quien mantienen una estrecha relación.

En opinión de Marta Antúnez (2009), al asumir el entrenador el papel paternal o autoritario hacia la deportista, el abuso cometido por un varón con autoridad, “está agravado por la confianza corporal que la deportista dispensa y los padres acompañan y confían”.

Además, esta autora considera que: “El poder del entrenador no sólo se resume en las acciones que proponga para lograr un máximo resultado de la deportista, sino que se amplía a las decisiones que debe tomar cuando elige a las atletas para integrar las selecciones o competir en torneos. Así, la deportista queda subsumida a ser una mera receptora de aquellas decisiones y todo su trabajo y confianza en el desarrollo de un entrenamiento en pos del mejor resultado personal posible, queda en manos del entrenador”.

Otras actitudes y conductas identificadas pueden ser también perpetradas por otros hombres vinculados al ámbito deportivo. Directivos y periodistas especializados, ya sea por complicidad, minimizando y soslayando situaciones, por su tendencia a culpabilizar a las deportistas, o por remarcar atuendos y actitudes corporales de las deportistas.

En los últimos años existe una clara tendencia a favor de sexualizar la imagen corporal de las deportistas. Se está implantando la creencia de que para ellas es más importante su belleza física que sus logros deportivos, de hecho, los medios de comunicación, la escasa proporción de tiempo o espacio que dedican al deporte practicado por mujeres, mayoritariamente, lo dedican a las deportistas más guapas o sexis. Se ha impuesto a las deportistas una imagen asociada a determinados cánones de belleza estereotípicamente femenina, de manera que se está normalizando competir maquilladas y vestidas de forma incoherente en relación con actividades que exigen gran esfuerzo físico.

Hay otros aspectos, no obstante, es necesario destacar el lenguaje empleado habitualmente en el masculinizado ámbito deportivo, que puede incurrir en actos de acoso sexual y sexista. Este lenguaje se caracteriza por la reproducción sistemática de estereotipos sexistas, el uso de palabras soeces y expresiones que menosprecian a las mujeres.

Fotos: BBC

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