¿Rio-2016 será tragado por la crisis política de Brasil?

¿Rio-2016 será tragado por la crisis política de Brasil?

Nubarrones cargados de impeachment, corrupción, recesión e incertidumbre se ciernen sobre los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, que se celebrarán dentro de cien días.

Nadie duda de que los Juegos se realizarán, la duda está en saber en qué condiciones.

“Estos Juegos Olímpicos serán un mensaje de esperanza en tiempos difíciles”, dijo el jueves presidente del COI, Thomas Bach, antes del encendido del fuego olímpico en Grecia.

¿Será Dilma Rousseff presidenta? ¿Las obras olímpicas estarán salpicadas de la corrupción de Petrobras? ¿Habrá manifestaciones? ¿Más desempleo?

Muchas preguntas, con un horizonte oscuro.

¿Quién inaugura los Juegos? El jefe de Estado del país sede es quien declara abierto el evento. La reina Isabel II, por ejemplo, se vistió de “chica Bond” para inaugurar la edición de Londres-2012.

En Brasil, el Senado se apresta a votar, con un alto grado de probabilidad, la apertura de un juicio de destitución de Rousseff, a mediados de mayo, por presunta manipulación de las cuentas públicas. La mandataria sería en ese caso apartada del cargo, dejando a su vicepresidente centrista Michel Temer con la responsabilidad de inaugurar los Juegos que Luiz Inacio Lula da Silva, ícono de la izquierda latinoamericana, había conquistado en 2009.

Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), fue abucheada durante la apertura del Mundial-2014. Temer tiene bajísimos índices de aprobación (1% a 2% de intención de voto, según Datafolha) y podría verse obligado a sufrir el mismo agravio.

Pero probablemente tampoco sea recibido con los brazos abiertos por la comunidad internacional, explicó a la AFP Michael Mohallen, doctor en derecho público y profesor profesor de la universidad FGV.

“Han crecido las críticas de la OEA, Unasur, algunos países ven con reservas el proceso brasileño. Y es probable que muchos líderes no quieran venir a participar de los Juegos”, afirmó.

¿Riesgo de manifestaciones? Rousseff denuncia el impeachment como un intento de “golpe de Estado” institucional, orquestado por el “conspirador” Temer.

El PT ha dicho que en caso de que sustituya a Rousseff, llevará “la lucha a la calle”, levantando el fantasma de las masivas manifestaciones de 2013 contra los gastos en el Mundial y en demanda de mejores servicios públicos.

Actualmente, las marchas a favor o en contra de Rousseff ocupan más a los brasileños que los preparativos de los Juegos.

Mohallen descarta que el PT llame a manifestar contra los Juegos pues siempre fue muy crítico de las manifestaciones contra la Copa. Además, Rousseff sancionó recientemente una ley contra el terrorismo, que según sus críticos “criminaliza” el derecho a la protesta.

De cualquier forma, “los movimientos sociales seguro que harán protestas, como las harían si Dilma estuviera en el poder”, estimó el experto. Y el tema del “golpe” entraría ahora en su agenda.

¿Vista gorda a la corrupción? El fraude a Petrobras fue gestado por las mayores constructoras del país, que pagaron sobornos a ejecutivos y políticos para asegurarse contratos en la estatal petrolera.

Muchas de esas empresas son precisamente las responsables de las obras olímpicas y de mejoras de la ciudad, en el marco del evento.

La operación Lava Jato (lavadero de autos), que investiga el caso Petrobras, reveló a finales de marzo sospechas en torno de una de estas obras en Rio: la revitalización de la zona portuaria, convertida en polo turístico, y la expansión del metro. Las autoridades negaron cualquier irregularidad.

El concejo municipal de Rio abrirá una comisión que investigará supuesto fraude en los contratos de estas obras, incluido el de una ciclovía que colapsó tan sólo tres meses después de inaugurada, dejando dos fallecidos.

Pedro Trengrouse, asesor de la ONU durante la Copa y coordinador del curso de derecho deportivo en la FGV, dijo a la AFP que el COI debe cuestionar los contratos olímpicos y “no hacer la vista gorda con esto, porque es depositaria de los valores éticos y morales que el deporte debe transmitir”.

¿La recesión afecta los Juegos? Brasil está lejos de ser aquella potencia boyante que en 2009 ganó la sede de los primeros Juegos de Sudamérica.

El PIB brasileño se desplomó 3,8% en 2015, su mayor caída en 25 años, y el mercado y el FMI estiman que la contracción será de igual magnitud en 2016.

La crisis tiene gran impacto en el estado de Rio, donde la falta de liquidez ha llevado incluso a atrasos en el pago de salarios de funcionarios públicos, como policías, así como de sus jubilados, que ya han manifestado.

El gobierno del estado explica que su situación “trágica”, según la definió el gobernador interino Francisco Dornelles, responde a la caída de los precios del petróleo y a la paralización de la industria por el escándalo en Petrobras, pero se comprometió a pagar todas sus obligaciones.

A este panorama, se suman los más de 30.000 trabajadores de las obras olímpicas que pasarán a engrosar el desempleo del país (6,8% a fines de 2015) que intenta sobrevivir al aguacero de la crisis.

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