River Plate sufrió pero se clasificó para la final del Mundial de Clubes al ganar 1-0 a un Sanfrecce Hiroshima que puso contra las cuerdas al equipo argentino, este miércoles en Osaka en un estadio Nagai convertido en el Monumental por la presencia de miles de seguidores de la Banda.
Ahora el campeón de la Copa Libertadores jugará en Yokohama el domingo con el vencedor de la semifinal entre el Barcelona y el Guangzhou Evergrande, que se disputa el jueves.
En un partido para olvidar, River Plate se llevó la victoria gracias a un gol del delantero Lucas Alario en el minuto 72.
“Esto hay que vivirlo, es hermoso, con miles de hinchas de River en el estadio. Muy emocionante. Y ahora vamos por más, queremos ganar el campeonato”, señaló el goleador.
Los cerca de 15.000 aficionados argentinos que están en Osaka hicieron al equipo sentirse como en casa, animando desde horas antes de que empezara el partido e instalando todas las banderas de las filiales que habitualmente adornan el Estadio Monumental.
En la previa se debatía cuál sería la condición ideal para llegar a la semifinal: El subidón emocional y castigo físico del Hiroshima, al encadenar tres victorias fundamentales en 10 días, o la interminable espera de River, sin competir desde el 27 de noviembre.
Se evidenció que a los japoneses les funcionaba rápido la cabeza y no les pesaban las piernas, mientras que los argentinos carecían de automatismos, oxidados en lo futbolístico.
“Debemos aceptar el resultado, sin embargo tuvimos chances de gol, tuvimos posibilidades de ganar”, señaló Hajime Moriyasu, entrenador del equipo japonés.
Barovero, el salvador
River domingó en los primeros 20 minutos (61% de posesión al descanso), pero no fue capaz de sumar una ocasión. El Hiroshima estaba ordenado y seguro en defensa, intentando salir con velocidad en cuanto robaba el balón.
“Teníamos una enorme responsabilidad y lo sacamos adelante con inteligencia y paciencia. Sufrimos cuando nos desordenamos en el primer tiempo, 10 minutos en los que nos pudieron hacer daño”, dijo Marcelo Gallardo, técnico de River.
Cuando comenzaron a llegar las ocasiones de los japoneses el capitán Marcelo Barovero se convirtió en un gigante para mantener con vida a River en unos minutos de espanto.
En el 25 el colombiano Éder Balanta midió mal de cabeza un pase largo y Yusuke Minagawa remató al primer toque. El arquero, brillante en la salida, le ganó la partida. Ambos futolistas terminaron chocando.
A continuación Yusuke Chajima encaró a Balanta en la banda izquierda se ganó el espacio y probó de nuevo a Barovero, seguro despejando a córner con una mano.
River estaba desconcertado. En el 39 de nuevo Minagawa recibió en el punto de penal y se levantó la pelota para empalmar una volea. Otra vez Barovero voló y dejó el cero en el marcador en el Hiroshima.
Alario, el héroe
La única ocasión de Los Millonarios en la primera mitad fue un remate de cabeza del uruguayo Carlos Sánchez que despejó Takuto Hayashi. Además el juez de línea había levantado la bandera.
El árbitro señaló el descanso y Gallardo resopló en el banquillo.
En una jugada aislada pudo marcar el uruguayo, Rodrigo Mora (48), pero lanzó a las nubes un balón muerto en el área.
Gallardo intentó agitar el partido dando entrada a Lucho González (56) y al uruguayo Tabaré Viudez (63), pero el equipo seguía sin reaccionar.
Finalmente en una falta llegó el gol argentino. Alario acertó de cabeza tras un primer toque también con la testa de Jonatan Maidana que había servido para salvar la salida del arquero.
Luego el Hiroshima acusó la paliza de la última semana y River tuvo el oficio para controlar el partido y alcanzar la final.
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