Durante Río 2016 las mujeres han logrado trascender y estas son algunas de las historias que nos hacen sentir orgullosas en esta justa deportiva.

Simone Biles

Simone Biles, ganó la medalla de oro en gimnasta artística individual femenino. A sus 19 años busca ser la primera en lograr cinco oros en uno de los deportes más importantes de los Juegos Olímpicos. Al igual que Nadia Comaneci, posee su porpio salto. Un doble mortal en plancha y medio giro antes de aterrizar a ciegas. Puede saltar dos veces su propia altura e incluir más elementos y dificultad en su rutina, lo que aumenta su puntuación.

Yusra Mardini

Con sólo 18 años, la nadadora de origen sirio es un ejemplo a seguir. Después de la Guerra Civil Siria, ella y su familia se quedaron sin casa y fueron obligados a desplazarse hacia otro lugar. En un viaje que iba de Turquía a Grecia, la atleta se enfrentó a un problema: tuvo que embarcarse en un bote con capacidad para seis personas donde se subieron 20. A minutos de que el viaje comenzará, la embarcación falló. Con una valentía inigualable, Yusra junto a su hermana y una persona más, saltaron al agua y guiaron la embarcación hasta encontrar ayuda.

La nadadora llegó junto a su familia a Alemania, donde recibió una beca del Comité Olímpico Internacional que la ayudó a cumplir su sueño de participar en los 100 metros mariposa y los 100 metros libres. Así logró convertirse en se rparte de la primer delegación de refugiados en competir en los Juegos Olímpicos.

Alexa Moreno

La gimnasta mexicana logró colocarse en la posición 12 de salto femenino y en la 31 de la tabla general, posicionándose entre las mejores del mundo. Moreno obtuvo la clasificación All Around, es decir, que compitió en barras asimétricas, suelo, viga de equilibrio y salto femenino.

Aunque no ganó una medalla en Río 2016, ha participado en los Juegos Centroamericanos, en los Panamericanos y lleva acumuladas 8 preseas. Pese a las críticas, Alexa Moreno es una de las exponentes de gimnasia más importantes de México, disciplina que, en este ese país, no cuenta con el mismo apoyo que otros deportes como el fútbol.

Doaa El Ghobashy y Nada Meawad

Esta dupla egipcia hizo historia al convertirse en las primeras jugadoras de voleibol en participar con hiyab y un traje de baño ‘atípico’ en esta disciplina olímpica. Es la primera vez que el equipo femenil egipcio califica a esta competición. Cabe destacar que estos esfuerzos han sido impulsados desde la Federación Internacional de Volleyball, pues fue desde Londres 2012 cuando permitió que los bikinis midieran más de siete centímetros, situación que estaba prohibida antes del 2012.

Lee Eun-ju y Hong Un-jong

Pese a la competencia, los Juegos Olímpicos buscan unificar al mundo y prueba de ello es la selfie que se tomaron Lee Eun-ju de Corea del Norte y Hong Un-jong de Corea del Sur. Las fotos entre competidores son comunes, lo que hace a esta especial, es que ambos países están prácticamente en guerra luego de la tensión entre Seúl y Pyonyang y las acusaciones por ataques nucleares entre estas naciones.

Marjorie Enya e Isadora Cerullo

El equipo australiano acababa de obtener la medalla de oro en Rugby tras enfrentarse contra Brasil, cuando una mujer salió del campo para tomar el micrófono y hablar de amor. Así fue como Marjorie Enya, voluntaria en los Juegos Olímpicos de Río, le pidió matrimonio a su novia Isadora Cerullo, dejando claro que el amor es la fuerza más grande del mundo. Con la frase “Quise mostrarle a la gente que el amor gana”, Enya demostró que no tiene miedo.

Katinka Hosszu

La húngara le demostró al mundo su fortaleza al batir un récord mundial. Durante Río 2016 obtuvo oro en la prueba de los 400 metros combinado individual femenino.  El registro más bajo era el de la china Ye Shiwen con 4 minutos, 28 segundos y 43 centésimas de segundo. Katinka tuvo un registro de 4 minutos, 26 segundos y 36 centésimas de segundo.

Fuente: Nueva Mujer