Johan Wilson, ex jugador de la Universidad Católica y representante de jugadores, conversó en Jornadas Deportivas sobre su pasado en el club y los lazos que lo siguen uniendo al “Trencito Azul”. Wilson confía en un buen resultado camaratta esta noche en el Atahualpa y en la serie.

Las sensaciones para hoy

“Estamos listos para ver a la Católica hoy. La alegría y los nervios están desde temprano. Los que sentimos la camiseta celeste estamos esperando la hora del partido.”

El partido de hoy ante The Strongest

“No va a dejar de ser un partido duro por el hecho de que The Strongest es un equipo con buenos jugadores, con buenos remates de afuera. Católica está capacitado para pasar esta fase y avanzar. Veo un equipo muy equilibrado, con velocidad, experiencia, gente con hambre de jugar instancias importantes. Creo que el fútbol ecuatoriano está un par de escalones encima del boliviano. Católica está en los primeros puestos del fútbol ecuatoriano. Si las cosas salen como medianamente deberían, Católica debería pasar. Tiene variantes y juegue quien juegue, puede ser una fase que en el balance; Católica puede salir victorioso.”

¿Qué rescata de la Católica?

“Para mí, más allá de los momentos tristes, no soy parte de la modernidad por el hecho de que me tocaron otras épocas. Eran más difíciles, no teníamos las facilidades para entrenar, se optimizaron los recursos. Es algo inexplicable. Con el único equipo que me pasó de conectarme tan profundamente; fue con Católica. El orgullo del hincha, alentando, estando juntos; es único. Los ascensos y descensos se consumaron con nombres importantes que siguen estando en el fútbol. Es una pequeña comunidad de hinchas que van heredando el sentimiento, a veces poco entendible.”

La búsqueda del buen juego

“Tú sentías que el paladar del hincha de Católica era relativamente fino. Más allá de la entrega y sacrificio. Les gusta ver jugadores de cierto perfil. Incluso, se preocupan de tener ciertos jugadores que fuera de la cancha mantienen un cierto perfil. No siempre se puede ni te garantiza nada, pero es algo que el club ha buscado. Mantener un plantel joven. Eso hace que el hincha sea exigente, que quiere que el equipo juegue bien. A veces, por esta búsqueda, los resultados no han acompañado de la manera que ellos han querido.”

¿Por qué los hinchas lo quieren tanto?

“El sacrificio adentro de la cancha, siempre intentar dar el máximo. Fueron muchísimos goles. Lamentablemente, a veces no se consiguieron los resultados grupales. Fueron 70-80 goles. Los hinchas lo reconocen. Fui el primer jugador que el club negoció a Catar. Hubo varios episodios que me hicieron ganarme el cariño de los hinchas. Después de la lesión grave, regreso y hago un gol. Se me salían las lágrimas y a la gente también. vinieron propuestas de los otros equipos y se desecharon por seguir en el club. Eso hizo que la relación con la hinchada se hiciera mas fuerte. No niego el cariño que tengo con Católica, hace tiempo que no tengo ningún jugador en el club. Soy hincha del club, soy celeste. Eso trasciende.”

Su rol de empresario

“No hay nada como ser jugador. Yo digo que eso no se va nunca. Lamentablemente, me sigo sintiendo jugador de fútbol. Lamentablemente porque la edad no me da. Soy entrenador, pero no lo ejercí; no lo sentí. De rebote se fue dando esta otra faceta. Lo hacemos con la seriedad que se merecen los clubes y los chicos. Es mi medio de vida hoy, mi trabajo. No se depende de uno mismo muchas veces. Las épocas cambiaron. Yo nunca tuve un empresario. Yo no viví las concentraciones lujosas, los viajes en avión. Yo entraba en la Carolina con gente alrededor y con poca ropa para entrenar. El empresario es necesario. Disfruté mucho más de jugar al fútbol.”

Su relación con el fútbol ecuatoriano

Hace varios años tengo jugadores en el fútbol ecuatoriano. La mayoría de uruguayos que han llegado a Ecuador ha sido por alguna gestión mía. Tengo jugadores en un montón de equipos; Delfín, Guayaquil City, Barcelona, Emelec, Aucas, Mushuc Runa, Orense. Uno trata de ampliar la cartera de trabajo con seriedad. Me alegra que les vaya bien a los chicos. A Mastriani, Piñatares no los conocía nadie cuando llegaron a Ecuador. También he fallado mucho. Estoy trabajando mucho en Ecuador, con mucha gente.