Sinfonía de Manzanares que bordó el toreo en Latacunga

Sinfonía de Manzanares que bordó el toreo en Latacunga

José Maria Manzanares tenía un saldo pendiente con el Ecuador taurino, en 2003 había llegado a Quito recién tomado la alternativa y sus 2 paseíllos en la Monumental no fueron como se esperaba. Le sonaron en su estreno 3 avisos y los ojos críticos de quienes vieron a su padre fueron un tanto fuertes.

Actúo en el primer festival de la Vírgen Esperanza de Triana en Belmonte y dejó ver algunos matices.

Compareció en 2008; pasaron cinco años para que retorne a Ecuador y en su lote en el primer día de feria no tuvo suerte y se fue silenciado.

Su madurez llegaba a este lado del charco con triunfos en donde lo anunciaban y lastimosamente en Ecuador en 2015 por su lesión en la muñeca no pudo comparecer en Riobamba.

Todo este antecedente ponía un listón muy alto para la corrida de Latacunga con El Fandi que es uno de los máximos ídolos de esta afición. Se colgó el cartel de no hay billetes y ambos toreros fueron ovacionados al terminar el paseíllo.

David Fandila “El Fandi” abrió plaza y recibió con dos largas cambiadas a su oponente para llevarlo por chiquelinas a la cabalgadura, quitó por navarras para rematar con un vistoso afalorado.

Rodilla en tierra inició su labor muleteril para irlo sacando al toro de Huagrahuasi al centro del ruedo, tandas por ambos pitones y desplantes en el cierre cerradas con ajustadas manoletinas. Pinchazo y estocada. 1 oreja.

La sinfonía llegó en el segundo y con él una especie de revancha del alicantino en suelo ecuatoriano. Su muñeca cara y templada empezó por el derecho llevando al de Triana  a los medios.

Ahí ligó tandas largas y profundas; atornillando sus zapatillas al albero y rematando cada tanda sin ningún tirón.

El ballet continúo al natural donde dejó el sello de la casa y encandiló los tendidos.

Sonó un espontáneo con su instrumento para hacer aún más irreal lo que estaba pasando entre toro y torero.

Manzanares se rompió, trazó muletazos que quedarán inmortalizados en esa arena.

Media estocada en gran ubicación y 2 orejas a ley.

Con la emoción vivida por su compatriota, El Fandi en su línea se mostró variado con el capote y alegre en su tercio que siempre tiene gran acogida en la afición.

Dejó 2 tandas importantes por el derecho y toreó en redondo sobrado de recursos. Pinchazo y estocada para recibir un trofeo más que le aseguraba salir en volandas.

El silencio, propio de la incertidumbre del último toro y del genio que había frotado su lámpara en su anterior toro, traía consigo que en los tendidos haya un run run de que algo más iba a pasar.

El toro repitió pero le faltó alegría para rematar en cada tanda. José Mari lo esperó para darle sitio y poder cuajar tandas por ambos pitones con su tauromaquia larga, clásica y templada.

Una lástima que el toro se apagó pronto, sin embargo un cambio de mano fue la apología de una tarde llena de ligereza de un torero que ya lo esperamos nuevamente.

Al final Manzanares recibió el premio al triunfador de la feria y la mejor faena, para junto con El Fandi ser sacados a hombros.

Me sigo preguntando si el natural de José Mari terminó, ese sabor de pureza queda en esta afición que el lunes próximo tendrá una marcha pacífica para reclamar ante el gobierno que la Plaza de Toros Quito debe volver a abrirse.

Solo el tiempo lo dirá pero el sueño en el Ecuador taurino es que faenas como la de Manzanares esta tarde en Latacunga  se repitan en nuestra catedral, en nuestro coso de Iñaquito.

Por: Andrés Villamarín Espinel

Su opinión nos importa

* Al llenar este formulario, manifiesta su consentimiento libre, específico, informativo e inequívoco del uso de los datos personales proporcionados, por parte de RADIO LA RED de conformidad con la política de protección de datos personales y la legislación vigente para el efecto.